Ríos de Agua Viva
 

Ríos de Agua Viva

 

1 Juan 4:15 (NBD) Si alguien cree y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en él y él en Dios.

Para que Dios este contigo necesitas de 2 cosas: primero creer que Jesús es el Hijo de Dios y segundo confesarlo. Creer significa estar completamente seguro de que algo o alguien existe aun cuando no lo puedas comprobar. Por lo tanto, la única forma en que tu puedes asegurar que Jesús es el Hijo de Dios es creyendo pues no hay forma humana de comprobarlo. Ahora, Dios no solo nos pide que creamos sino que también que confesemos. ¿Por qué nos pide que confesemos? porque cuando confesamos que Jesús es el Hijo de Dios es porque en verdad estamos creyendo. Nadie en sus cabales se atreve a confesar algo que sabe que es equivocado pues si lo hace queda en ridículo. Por eso, cuando has creído hablas de Jesús.

Al creer en Jesús hay muchas beneficios que esto acarrea como ser declarado justo, ser salvo y que Dios viva en uno. Pero aun hay un beneficio mas.

1 Juan 4:13 (NBD) Él a puesto su Santo Espíritu en nuestros corazones como testimonio de que vivimos en él y él en nosotros.

Puesto que creemos en Jesús, Dios vive en nosotros y como Dios vive en nosotros él nos da su Santo Espíritu como testimonio. Por lo tanto, si tu quieres ser lleno del Espíritu Santo necesitas creer en Jesús. Si tu has sido lleno del Espíritu Santo ten por seguro que Dios vive en ti.

Juan 4:6-9 (NBD) Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso, llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dijo: Dame un poco de agua. Pero como los judíos no se llevaban bien con los samaritanos, la mujer le respondió: ¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?

Jesús lo primero que hizo al ver a la samaritana fue pedirle agua. Dios siempre te pide que hagas algo antes de que el haga algo por ti. Debes de estar dispuesto hacer lo que el te pida.

Jesús le pidió a la samaritana que le sirviera agua esto a pesar de que ella era mujer y que era samaritana. No importa quien eres tú, ni de donde eres, ni cual es tu situación; Jesús te pide que le sirvas pues para él no hay ninguna excusa valida para no hacerlo.

Juan 4:10-12 (NBD) Jesús le contesto: si supieras lo que Dios puede darte y quién es el que te está pidiendo agua, serías tú la que le pediría agua a él y él te daría agua que da vida. La mujer le dijo: Señor, ni siquiera tienes con qué sacar el agua y el pozo es muy hondo. ¿Cómo me vas a dar agua que da vida? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo y de aquí bebía agua él, sus hijos y su ganado. ¿Acaso eres tú superior a Jacob?

La samaritana no podía comprender como Jesús le podía dar agua que da vida pues Jesús no tenia ni siquiera con que sacar agua del pozo. Muchas veces creemos que Jesús no puede darnos lo que nos gusta y lo que necesitamos. Por eso Jesús le dice a la samaritana si supiera lo que Dios puede darte le pedirías agua a él. Debemos de saber que Dios nos puede dar gozo, paz, amor, consuelo y cualquier cosa que necesitemos.

Juan 4:13-15 (NBD) Jesús respondió: cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le dé, no volverá a tener sed jamás, porque dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir aquí a sacarla.

Cuando uno busca saciar la necesidad con cosas del mundo puede que la llegue a saciar pero al poco tiempo la necesidad volverá a parecer pues lo que el mundo te ofrece solo es una anestesia que cuando se acaba el efecto la necesidad vuelve a llegar. Pero Jesús nos ofrece el agua que llega a saciar la necesidad y que su efecto dura por siempre. Pues cuando el agua llega a tu interior no desaparece mas bien se convierte en un manantial del cual fluye agua y mas agua. Vale la pena tomar del agua que Jesús nos quiere dar.

Juan 7:37-39 (NBD) El ultimo día de la fiesta, que era el más importante, Jesús se puso de pie y dijo con fuerte voz: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, brotaran ríos de agua viva, como dice la Escritura. Lo que quería decir con esto era que los creyeran en él recibirían el Espíritu. El Espíritu Santo todavía no había venido, porque Jesús aún no había sido glorificado.

La sed es una sensación desagradable y por eso tomamos agua para quitarnos esa sensación.  Cuando Jesús dijo si alguno tiene sed se estaba refiriendo a que si alguno tenia una sensación desagradable que fuéramos a él pues solo él tiene el agua que quita esa sensación desagradable. Si tu te sientes triste, sin amor, atormentado, acude a Jesús pues el tiene la solución a tu necesidad.

Jesús fue claro al decirnos que debíamos acudir a él. No esperes a que el llegue a ti, ve y búscalo tu y el te dará el agua que necesitas.

¿Cuál es el agua del cual Jesús nos quiere dar? El agua que Jesús nos da es el Espíritu Santo quien es nuestro consolador. El nos da amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Nada de este mundo nos puede dar lo que el Espíritu Santo puede darnos.

Hechos 2:38-39 (NBD) Arrepiéntanse les respondió Pedro, y bautícense en el nombre de Jesucristo para que Dios les perdone sus pecados. Entonces recibirán también el don del Espíritu Santo, porque para ustedes es la promesa, y para sus hijos, y aun para los que están lejos, pues es para todos a los que el Señor nuestro Dios llame.

Si tu estas buscando de Jesús es porque el Padre te lo a permitido pues nadie puede acercarse a Jesús sin que el Padre lo haya enviado. Por eso, Dios te a llamado y por lo tanto, la promesa de que vas a recibir al Espíritu Santo es para ti. Recíbelo y veras como te quitara la sed pues dentro de ti brotaran ríos de agua viva.

 
   
 
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